Entre la veracidad y la opinión pública:

Exponer o no en #metooMúsicosMexicanos

Kar Lóprec
19 min readApr 1, 2019
LA SILLA ROTA

Hace unos días, nacieron los hashtags en twitter de #metoo en México, sacando a relucir el lado más lodoso y vergonzoso de creadores, artistas, escritores, cineastas, etc, en el país. Leí con cautela algunas de las denuncias, en su mayoría, anónimas. Con muchas de esas historias me sentí identificada y algunas otras me eran difíciles de creer.

Recordé varias situaciones que me han tocado vivir de cerca en mi sendero profesional desde la adolescencia. Sentí frustración por que, muchas veces fui señalada como “ingenua”, “tonta” o que “yo solita me exponía”, a pesar de tener la fortuna de nunca haber sido violentada físicamente, pero eso no demerita que en efecto, he sido agredida por medio de engaños, manipulación o hasta amenazas en el ámbito musical por no acceder a ciertas situaciones de personas que se encuentran (o creen estar) en una posición de autoridad. Quien me conoce sabe que no puedo ser silenciada. Y es por esa razón que hoy tomé la decisión de hacer pública esta entrada al blog.

La noticia del día de hoy me caló profundamente (por respeto y admiración a ésta persona en todos los aspectos humanos y creativos): Armando Vega Gil [bajista de Botellita de Jerez] se suicidó a raíz de una acusación en el movimiento @metoomúsicosmexicanos. Una mujer lo denuncia anónimamente de haber sido abusada sexualmente por él hace años cuando ella tenía 13 años de edad y el 50. Él lo negó rotundamente en su declaración, en la cual también hizo pública la decisión de terminar con su vida por miedo a ser señalado de por vida y asegurando que esa denuncia aseguraba que su carrera estaba destruida por completo.

De muy joven escuché sus rolas y leí algunos de sus libros que me sacaron carcajadas por el tono vulgar y elocuente que lo caracterizaban. Sin embargo, su decisión me dejó en shock y con sentimientos encontrados. ¿Por que acabar con tu vida si algo que no es verdad puede demostrarse o mínimamente ponerse a discusión? Me deja estupefacta. Sin embargo, actualmente el ser acusado de manera virtual se ha convertido en la forma más violenta de señalar y dejar un estigma social para la posteridad hacia la credibilidad de cualquier persona, sin necesidad de probar nada. Tal vez, Armando estaba en un punto de inflexión en su vida y esta noticia fue la gota que derramó el vaso para que tomara ésta decisión, su decisión.

No perdamos el sentido. Si bien las denuncias anónimas tienen el conflicto de la credibilidad, el sólo dejar un aviso (muy bien redactado), morir por decisión propia y hacer responsable a una víctima indirectamente, deja entre ver una actitud un tanto chantajista al parecer de muchos.

Los sentimientos encontrados me llevan a una contradicción. Por mi propia experiencia (que es de la única que puedo hablar libremente) comparto que, me ha tocado ver de cerca a muchos de los movimientos (en particular los feministas) siendo afectados o mancillados por personas (no importando si son mujeres o varones) que hacen denuncias falsas con tal de fastidiar la vida de terceros por rencores o venganzas personales. Y aún con esto, no se debe desestimar ninguna de las denuncias. Muchos años ha costado el poder ir abriendo el tema hacia la sociedad y sobre todo, alzar la voz. Si bien, los medios virtuales han tomado distintos senderos y no todos nos llevan al paraíso, es necesario recalcar que ningún tipo de réplica debe opacar a la denuncia (y a las/os denunciantes), mucho menos justificar los hechos bajo ninguna circunstancia. A la par, todo movimiento debe tener reglas de honor y respeto para así, no perder credibilidad. Lo que si, es que las denuncias sin un antecedente o fuera de tiempo (después de muchos años) pierden fuerza y contexto, sean verídicas o no.

Cuando inició el mismo topic en E.U. hace dos años, me parecieron algunas de las actrices denunciantes hipócritas, ya que callaron durante años los abusos mientras a la par sus carreras seguían creciendo y una tras otra salían de la nada. Permitiendo así que otras mujeres fueran también víctimas, normalizando ese tipo de actitudes dentro de la industria. Sin una denuncia a tiempo, pasan de ser víctima a cómplice.

Caemos de nuevo en una complicación: ¿Cómo denunciar un abuso sin miedo a represalias? ¿Quién protege a las víctimas? ¿Cómo puede una persona tener credibilidad, si el atacante es una figura de autoridad, con fama o con un peso social mayor gracias a su profesión? ¿Cómo creer en un sistema de justicia que te señala y responsabiliza por estar en el lugar equivocado con la gente equivocada al hacer la denuncia?

¿Verdad que es entonces difícil juzgar a las víctimas?

Cuando inició el trendig topic en México, estuve tentada en hacer una denuncia dentro del movimiento #metoomúsicosmexicanos por una situación que me expuso y me humilló en su momento, pero quería que fuera totalmente anónima a pesar de en su momento haber la hecho pública, por que sabía que se verían implicadas terceras personas a las cuales les tengo un profundo respeto y admiración, y además no quería ser señalada o amenazada nuevamente. Por eso comprendo el por qué del anonimato.

Se lo comenté a una conocida del medio y su respuesta fue: yo no respeto a nadie que esté involucrado con personas violentas y agresivas, no tengas miedo. Esa respuesta me cambió por completo.

Anecdotario

Hace 7 años, en un proyecto personal que inicie por la afortunada selección en una beca, contacte a varios conocidos músicos para que me apoyaran al desarrollo del proyecto. Yo tenía 21 o 22 años. Necesitaba a un guitarrista y a un DJ. Con el DJ fue más sencillo por que era un amigo cercano, con los guitarristas fue otra cosa. El proyecto se desarrollaría en el transcurso de un año. Durante ese año tuve 5 músicos invitados que se fueron por sí solos, ya que nunca les gustó que los ensayos fueran en casa de mi novio. Sí, los 5 me dijeron lo mismo. Siempre me pedían ir sola a sus casas “para ensayar ahí” (nunca accedí por que en realidad no los conocía a profundidad) y al final de los ensayos (que se desarrollaban muy bien en términos musicales) me hablaban mal de mi pareja, situación que me parecía de mal gusto. Uno de ellos, ya un señor de unos 47 años, viajó de la CDMX a Hidalgo para un ensayo, y al día siguiente me escribió diciendo que era una “chamaca pendeja” que jamás iba a llegar lejos si no accedía a ciertas cosas con los verdaderos músicos de éste país (ya que él se cree un referente cultural del free jazz en México) que estaban mil veces más experimentados que yo. Mi respuesta fue bloquearlo y no responderle jamás. Cabe mencionar que a todos, siempre les pagué lo acordado, nada fue gratis. El día de la presentación final, el quinto guitarrista con el que tuve ensayos un día antes y que a la vez era mi compañero becario, me dijo tener un ataque de nervios y canceló la presentación. No me podía quedar así sin presentarme y defraudar a mi tutor. Así que busqué a un viejo amigo angustiosamente. Llegó desde muy lejos, sacando a delante mi proyecto y me cobijó con su entrega y amistad. El guitarrista “con ataque de nervios” sí fue a la presentación, como público, y desde entonces trato de mantener un límite con él, pues sus mensajes me incomodan ya que busca “alagarme fisicamente” y hace como que nada pasó.

En alguna banda a la cual pertenecí a mis 17 años, la esposa del bajista me llamó preocupada diciendo que había un condón usado en su casa y que su marido le decía que había estado yo ahí con el hermano de su marido, quien era el baterista de la banda, y me quería preguntar si eso era verdad. Lo dijo para ocultar que él le había sido infiel con otra mujer. Me enojé muchísimo, y obviamente lo desmentí. Una, por que no era verdad y otra, por que ellos creyeron como hermanos e integrantes de la banda de la cual yo era su colega, que también podía ser su tapadera. De frente me lo aceptaron, mencionando que fui mala amiga por no seguirles el juego. Obviamente ella lo dejó y la banda terminó de funcionar. Años después esos hermanos tienen mala fama en la ciudad en la que vivimos y nadie los contrata.

Así como estas experiencias han sido v a r i a s, no sólo en la cuestión musical, sino hasta con amigos y/o conocidos. Y les aseguro que ninguna de ellas fui yo quien las propició o buscaba; aun con ello, debo reconocer que la confianza que nos sobrepasa por la inexperiencia e ingenuidad propia de la juventud, me hizo exponerme, por que antes de pensar en que soy una mujer, pienso en que soy un ser humano y no veo (o veía) mayor conflicto en relacionarme como el resto de mis colegas, que en su gran mayoría son varones.

La más significativa fue afortunadamente la última (hace casi 4 años) y espero que así siga siendo. Ésta es la que quería denunciar anónimamente, ya que la banda a la cual pertenece éste hombre es de mis favoritas y de verdad, los tengo en un pedestal; sobre todo no quiero perjudicar a sus integrantes. No sé que pensarían ellos de saber esto, sin embargo, es sumamente delicado lo que hizo su integrante y ellos no merecen tener a alguien así, que pueda perjudicar su profesionalismo y sobre todo, su gran calidad humana. Para guardar respeto al grupo, sólo mencionaré que es una banda muy talentosa de México que se dedica a hacer música alusiva a la cultura judía. Su integrante, el percusionista, era contacto mío vía Facebook. Comenzó a escribirme preguntándome que si yo era músico y así comenzó todo.

Nos llegamos a escribir mucho tiempo, cerca de año y medio. Sólo hablábamos de música y sobre que hacíamos de nuestra “vida profesional”. Él sabia que yo tengo pareja, le platicaba de él y viceversa. Poco a poco fue mencionando que no entendía como con mi talento no había despegado y sucesivamente comenzó a decirme que en el medio todo esta jodido y que debía comenzar a hacer amigos, ir a fiestas y demás, para que así me prestaran atención. Llegó a comentar que el medio es muy elitista, que sus compañeros en la banda que tenían trabajo o dinero era debido a que eran judíos y que aunque él no lo era, tenia mucho peso por talentoso y por que se sabe rodear de personas. Siempre le di el avión. Después, dijo que, con todo respeto, era muy guapa y que seguro por esa razón la iba a armar, etc. Fui directa diciéndole que eso no me parecía, y dejó de hacerlo.

Ahora creo fervientemente que comenzó a stalkearme sin que yo me diera cuenta. De repente, ya sabía quien era mi hermana y empezó a preguntarme si era soltera y demás. Estúpidamente en ese momento pensé que no estaría mal que mi hermana conociera a alguien nuevo, ya que recientemente se había divorciado. Le comenté a mi hermana si lo quería conocer y me dijo que no estaba segura pero que nadie le cae mal conocer gente nueva. Se pusieron en contacto y salieron en tres ocasiones.

Ella fue muy clara conmigo compartiéndome que había algo que no le caía bien o le cuadraba de éste hombre. En la segunda salida que tuvieron, él comenzó a decirle que era hermosa y decidió que comerían los dos. En la tercera, le comentó que iba vestida con una falda muy corta y quiso acercarse mucho a su persona para intentar bajarle la falda, por que estaban en una reunión con amigos músicos de él y no quería que llamara la atención de nadie más y se lo dijo así, textualmente. Ella nunca jugó con él o le hizo creer que iban a tener más citas, apenas se estaban conociendo y esa acción bastó para no seguir adelante. Comenzó a tener un discurso extraño tanto con ella como conmigo en los mensajes, mencionando siempre que sus ex parejas eran modelos y que si estaba soltero era a causa de que todas estaban locas, que una lo obligaba a tener hijos que no quería y que otra se fue por que tuvo cáncer y él con su trabajo no podía estar al pendiente como le habría gustado; o sea, siempre ellas eran las conflictivas. Como si en su discurso estuviera implícito que al no ser mi hermana una modelo, debía estarle agradecida o algo por el estilo. Al final, ella le dijo directamente que como amigos podían seguir conociéndose y entonces él se transformó. Parecía que mi hermana había sido su novia y que lo había abandonado. Me llegó a llamar llorando diciendo que se había ilusionado mucho con ella y eso me empezó a alarmar mucho. Le respondí que estaba exagerando ya que no la conocía y que nunca tuvieron una cita formal, que cómo podía estar así de clavado con alguien.

Poco a poco dejamos de tener el mismo contacto. Un día me escribió nuevamente preguntándome que por que estaba triste posteando rolas depresivas y que si mi novio era responsable. Le respondí: No estoy triste, me gustan esas canciones y tengo problemas con mi novio como todas las parejas en el mundo. Siguió la charla hasta que, como todas las pláticas que te llevan de un punto a otro, comenzamos a contarnos anécdotas personales sobre nuestras malas experiencias previas en el amor, pero nada que fuera profundo o muy personal. Hubo un punto en el que me preguntó que haría si mi novio me fuera infiel y le dije que le haría lo mismo y buscaría a alguien con quien desquitarme, escribiendo un “ja ja ja” explícito, obviamente se lo dije bromeando, pero desafortunadamente lo escrito muchas veces no tiene el tono que uno siempre piensa y supongo que eso de alguna forma le hizo creer que yo era una mujer muy fácil de manipular. Ni tenía problemas con mi pareja ni estaba buscando a alguien más. Ahora entiendo que él creyó que si él buscaba el conflicto, podría tener oportunidad, ya que con mi hermana no había podido.

Pasaron algunos meses, sin que habláramos mucho. Me llega un mensaje en el que me pregunta si voy a ir a X festival (ya que había publicado el flyer promocional en mi muro) y le dije que si. Aun no se anunciaba ninguna banda en el cartel. Refirió: Pues te voy a decir un secreto, mi banda va a tocar ahí, si quieres vamos, y entras a conocer a las demás bandas, pero no le digas a nadie por que me corren si saben que ya divulgue la info. Le respondí: ¿y quien más va a tocar? Me dio los nombres de bandas que sabía adoro y soy fan from hell. Accedí, mencionando que iba con mi novio y tres amigos y ya no respondió más.

Pasaron semanas, hasta que de nuevo me contacto, pidiendo una lámpara para regalar, ya que sabía que mi pareja es artista visual y entre muchas de sus actividades, hace arte en vitral. Le dije que con gusto, que nos mandara una idea de que quería y ya. Le mandó mi novio un diseño y un presupuesto al cual accedió.

Poco después me preguntó si había comprado los boletos para el festival en el cual su banda tocaría también, dije que sí y me contestó en tono burlón: Que falta de confianza, me hubieras dicho y te daba entradas gratis. Respondí que no me iba a esperar y que teníamos mucho sin escribirnos.

[Quiero hacer un paréntesis: De vez en cuando escribo artículos o publico entrevistas de música para diversos medios, y éste fulano jamás me ayudó a realizar la entrevista que le hice al fundador de la banda a la cual pertenece, y que se publicó en el mes del festival en una revista nacional. Si bien le tengo admiración al grupo (específicamente a su fundador), yo no sabía de la existencia de ésta persona o de que pertenecía a la misma hasta que comenzaron nuestras charlas, ya que esa agrupación ha tenido cambios en sus integrantes constantemente.]

Cuando faltaba una semana para el festival, escribió un Whatsapp preguntándome si nos íbamos a quedar los tres días de festival y le respondí que no, que solo íbamos dos días. Me propuso quedarnos en su departamento para no pagar hotel, nos lo prestaba ya que él no estaría ahí por la ocupación de los ensayos para la presentación, que llegara ahí sin problemas con mi pareja y mis tres amigos y que de una vez le lleváramos la lámpara que había encargado. Honestamente, cuando voy a CDMX siempre tengo quien me reciba, entre familia cercana y amigos, así que si aceptamos estúpidamente su invitación, fue por que lo hizo de la mejor manera y en ese momento no dudados de su buena ondes. Le respondí que sí y que se lo agradecíamos mucho.

Llegamos un viernes en la tarde noche, lo vimos, platicamos un rato, y su discurso era uno que desconocía, mencionando cosas como que era adinerado y cosas por el estilo. Que todos sus vecinos eran de mucho dinero y que uno hasta un Ferrari tenía (cabe mencionar que estábamos en la San Rafael, nada más para que se ubiquen y saquen sus conclusiones). Nos dio las llaves de su depa, lo acompañamos a un toquín que tuvo en el bar Cocoliche y luego se fue. Nos quedamos en su departamento solo por las noches ambos días. Durante el día, salíamos a rolar en la Cdmx hasta que llegaba la hora del concierto. Hasta nos lo encontramos de frente a él y a un baterista (amigo suyo) cuando salíamos de su departamento a medio día, así que sabía que no estábamos ahí durante el día por que era cuando él llegaba. En su edificio hay cámaras y un vigilante. En los conciertos del festival solo lo vimos de lejos, me dio la impresión de que no quería que lo vieran con nosotros. En el que se presentó la banda en la que toca, sólo nos saludo rápidamente y se fue. No fuimos con él a conocer a las otras bandas por que “estaba muy ocupado”.

Cuando era momento de irnos de ahí al último concierto, nunca llego a su departamento y no respondía mis llamadas para que le entregara sus llaves. Tuvimos que dejarlas con su vigilante.

También dejamos el pedido que le había hecho a mi novio de la lámpara en su depa, él ya la había revisado y nos dijo que nos pagaba en unos días por que tenía que sacar dinero del banco. Pasaron 5 días y no pagaba ni se ponía en contacto. Cuando le mandé mensaje para preguntarle si había depositado los 500 pesos me dijo: estoy sacadísimo de onda, la lamparita de tu wey esta mal hecha. Además, me cobraron una multa en mi edificio por que entraron con cerveza e hicieron fiesta en mi depa. Le hablaron a mi novia y casi me deja, ni me quiso recibir la lamparita que era para ella, le hablaron por que no me encontraron a mi y como yo no le presto a ella nunca el depa para hacer fiestas se super enojo y es una culerada de tu parte, por que yo no haría nada para alejarte de tu novio. Yo los ví en el video de la administración. ¿Sabes que me iba a casar? que mala persona eres, ahora entiendo por que nunca nadie va a ver lo buen músico que eres, y de eso yo me encargo, en México, no tienes futuro.

Capturas de pantalla de las ultimas conversaciones y de la difamación.

A mi novio le escribía de forma personal diciéndole que estaba de viaje en Paris, luego en Amsterdam, y de un día a otro ya estaba en Cancún cuidando de su mamá enferma, pero nunca se negaba a pagar y al contrario, tenia un discurso positivo con él. Me sorprendí (por toda la situación) y le dije que pidiera el video del edificio y que le preguntara al vigilante para que viera que eso no era verdad. Que si me mandaba el video yo le pagaba la multa. Nunca hicimos fiesta ni bebimos nada que el no autorizara, ya nos había dejado en claro que el edificio era especial por sus vecinos adinerados. De hecho, el vigilante nos hablaba mucho por que en esos dos días le robaron un faro al coche de mi novio a fuera del edificio y el vigilante prometió estar más al pendiente. En segunda, no sabía que tenia novia o que se iba a casar, ya que unos meses antes había tratado de salir con mi hermana (y había sido obsesivo al respecto). Le insistí varios días con que me mandara la factura y evidencia de su edificio y nunca me mandó nada, ni siquiera para que yo le pagara la multa. Después, cuando le reiteré en que pagara la lámpara, comenzó a decirme que ya entendía por que yo no había despegado en mi carrera, que era una lástima por que tenia todo para lograrlo, que si quería me fuera a vivir con él y me iba a conectando con la gente adecuada y que todo lo demás quedaba olvidado. Lo mandé directito a la chingada, cayendo en cuenta que está enfermo, es mitómano y tiene serios problemas mentales. Le dije todo lo que pensaba de él y aun con todo esto le deseé lo mejor. Todo por que nunca le di entrada para algo más y por que no quería pagarnos 500 pesos. Después se escribió con mi novio, diciéndole que yo le decía que lo iba a dejar y que le quería poner el cuerno. Estaba de verdad con cara de incrédula.

A los pocos días, su novia (a la cual no conocía), hizo publico en su muro una historia construida a base de mentiras sobre nosotros. Sí, nos difamaron públicamente. Ni sabíamos de su existencia o la conocíamos. Publicó nuestras fotos y nombres agregando a la historia que robamos cosas de su departamento como instrumentos y demás y que éramos unos fansesillos obsesionados. Está de más contarles que en su depa no tiene ni mesa, ni sillas, en si no tiene nada que robar y su habitación estuvo cerrada siempre con llave, lo sabemos por que la cerraba frente a nosotros mencionando que: no era por desconfiado. Aunque tuviera jarrones de oro, jamás haríamos algo así.

Todo fue una invención que éste hombre le dijo a su novia por que el ojete no supo ser sincero con ella. No quiso decir que en su departamento habían estado otras personas, con las cuales tenia un propósito, o en todo caso conmigo. Hice publica mi historia, mi versión, adjuntando más de 100 capturas de pantalla de las conversaciones (que aún conservo) y recibí muchos mensajes positivos y reconfortantes. Hasta gente del medio me dijo cosas desagradables de él y de su novia. Llegué a comentárselo cuando me imploraba que borrara mi post. Me escribieron 5 mujeres, entre ellas una de sus ex parejas recalcando que eran personas conflictivas y que no era la primera vez que este hombre actuaba así. Su novia, tiene el disfraz perfecto: se viste de feminista y activista, pero en su día a día se expresa terriblemente de otras mujeres y les inventa historias. Yo no era la primera. Incluso, el jefe de esta mujer me localizó para ofrecerme una disculpa. Otras tantas personas comenzaron a hostigarme (contactos de ellos) y denunciaron mi perfil al grado de que FB me cerró la cuenta. Cuando abrí una cuenta nueva, me contactó de nuevo éste hombre y me dijo que su novia estaba enferma por que había sido violada y abusada con golpes por el papá de sus hijos y que la comprendiera, que sufría de alucinaciones, que él le componía sus canciones y que ella decía que eran suyas, que me tenía celos por que yo si sabía cantar y ella no, en fin, todo lo concluía pidiendo en que borrara mi publicación. Era el colmo leer el patán que es hasta con su propia novia. Lo bloqueé por completo e hice de nuevo publica mi historia.

Pasaron años y nunca supe más de él. Le perdí la pista y para mi mejor. Me salve de alguien terrible, de un predador. Fue algo que me hirió y me hizo sentir muy vulnerable y señalada. A la par, me hizo sentir estúpida y que había sido mi culpa por permitirle acercarse a mi y que de alguna forma me lo merecía.

Ese lema de “el aliado de unas es el abusador de otras” queda perfecto para ésta experiencia que hoy comparto nuevamente. Una verdadera lástima por que también me anuló el ánimo de ver en vivo a la banda a la cual pertenece, por que de verdad, es una bandotota que vale mucho la pena. Yo fui quien se tuvo que alejar y afrontar la calumnia. Apenas el año pasado, de una cuenta desconocida me llegaron capturas de pantalla en donde ahora habla mal de la novia que en su momento nos atacó a mi y a mi pareja (ahora ex de éste hombre). Con que propósito, no lo sé y quien me mandó eso, tampoco lo sé.

En su momento traté de reunir evidencia por si la situación se salía de control. En mi caso, no pasó a más y estoy agradecida con el universo por ello.

No soy de las que piensa que los hombres son malos, conozco hombres excepcionales. Sin embargo puedo ejemplificar con esto que a veces hay hombres que se equivocan y está en nosotros hacerles entrar en razón: he tenido amigos que siendo buenos seres humanos, no se dan cuenta de que abusan de su posición y han respondido a coqueteos con alumnas de nivel secundaria, y creen que esta bien mientras ellas lo propicien, olvidando que los adultos son ellos. Es un cáncer social que aun es invisible y difícil de detectar. Ni todos los hombres son malos, ni todas las mujeres son aliadas.

Si, Armando me sacó a flote todas estas cosas. No lo conocí más que en conciertos y por lo que conocidos de él referían, en su mayoría cosas positivas, enmarcando siempre que era un referente cultural en el país. ¿Su acto lo victimiza? Espero que no. ¿Su acto demerita una lucha? Por favor, que no sea así.

Que nos sirva de lección, una muy amarga. Si vas a denunciar, que sea por medio de un movimiento serio y en donde se permita la mediación y acompañamiento hacia las víctimas. Si vas a defenderte, por favor, afronta la situación y busca los medios para hacerlo, para que no nos llegue a la mente eso de el que nada debe nada teme. Antes de victimizar o hacer de la denuncia pública una cacería de brujas, pensemos un poco en nuestra sociedad, pero sobre todo, en la empatía.

Es lamentable la realidad en la que vivimos y en como se transforma a partir de la opinión pública. Hagamos de la denuncia algo loable. No utilicemos los medios para crear expectativa, sino veracidad. No dejemos pasar el tiempo por miedo a si van a creernos o no. Busquemos ayuda. Aprendamos a alejarnos a tiempo. No perdamos el compromiso con las víctimas y aceptemos a la par las decisiones y acciones de todos los implicados.

Siempre hay salida y está en cada uno de nosotros decidir cual queremos tomar. Sin decisión, pude haber vivido un final terrible que para mi familia sería hoy un terror sin final. Decidí enfrentar mis circunstancias.

Y si, seguramente hasta hoy en día habrá quien no cree en mi palabra ni en mis pruebas. Sin embargo, confío en que mi trabajo, mis amigos, mis cercanos y mi legado serán siempre la prueba irrefutable de quien soy. Hubiera deseado que la historia de Armando fuera distinta y se validara su palabra sin una justificación final como la que decidió. Un acontecer que nos deja un hueco amargo lleno de preguntas, dolor, estigmas e inseguridades.

Sociedad, requerimos de sororidad, empatía, valores, dignidad y responsabilidad sobre nuestros actos. Pero sobre todo de honor y congruencia.

Sin miedo, sin prejuicios.

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Kar Lóprec

Musician, journalist. Everything about the soundscapes.